La producción literaria de Ramón Gómez de la Serna se da en medio de un ambiente sumamente conflictivo, sobre todo si tomamos en cuenta que le tocó presenciar varios conflictos bélicos, no obstante, y a pesar de estos desafortunados acontecimientos sociales, él al igual que otros intelectuales de su tiempo encontraron una luz de esperanza, a través de la creación artística, que en el caso de Gómez de la Serna resultó ser muy copiosa, pues supo congregar el pasado con la estética vanguardista. La consecuencia lógica de ello no podría ser más que la aparición de las greguerías, es decir un nuevo género literario que fuera acorde a las teorías innovadoras del momento, pero sin olvidar las agudezas retóricas e ingeniosas que tuvieron su mayor recepción durante el periodo cultural conocido como los Siglos de Oro.

Fue uno de los teóricos más importantes del proceso de integración de la América Hispánica, uno de los críticos más importantes de la cultura de América, y uno de los latinoamericanos que se entregaron a la tarea de destacar la especificidad de América. En sus ensayos de 1925: “La Utopía de América” y “La Patria de la Justicia”. Habló de la utopía como una meta de América. Fueron palabras suyas: “Ensanchemos el campo espiritual, demos el alfabeto a todos los hombres; demos a cada uno los instrumentos mejores para trabajar en bien de todos y lancémonos por acercarnos a la justicia social y a la libertad verdadera, avancemos en fin, hacia nuestra utopía".

Un desagradable y típico error a nivel mundial, en el que incurren sobre todo estudiantes y profesionales, es el de adjudicarse la obra de alguien más, a veces a sabiendas (lo cual es gravísimo desde el punto de vista de la ética y el profesionalismo), pero en otras sin querer, por la ignorancia del modo correcto de citar la información que ha sido utilizada en la elaboración de un trabajo, sea profesional o estudiantil.Éste no debe ser considerado un problema menor, pues el hecho de hacer pasar la obra de alguien más como propia constituye un delito que es sancionado severamente en distintos ámbitos sociales y legales.

Cuando nos referimos a la conquista de México, la historia suele relatarnos la “incuestionable victoria” de España sobre la considerada, “cruenta” cultura de los indígenas. Por mucho tiempo se ha trabajado con la idea de la imposición cultural española y, se ha considerando al indígena de entonces, meramente como un agente pasivo y receptivo de las tradiciones de occidente. Lo cierto es que a pesar de la hecatombe que significó la conquista militar para los pueblos originarios, que dio lugar a la presencia de nuevas formas culturales propias de España, éstas no pudieron instalarse en su forma más pura

Consideremos algunos momentos trascendentales de la historia de la humanidad: 1) la fundación de la historia a partir de la escritura; 2) la democratización del conocimiento a partir de la imprenta; y 3) la dilución del libro en la era de la información. El primer momento memorable es aquel del cual se ha dicho, es el que propiamente funda a la historia: El registro escrito.

El título de este escrito tiene su origen en una frase de la universitaria emérita Margo Glantz, incluida en su novela de carácter autobiográfico: Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador (2005). Me pareció pertinente para abordar el tema de la mujer preparatoriana en el ámbito de la cultura nacional porque desde tiempos remotos se ha ligado a las mujeres con el interés por la moda, no sólo como una inquietud profesional, sino como una muestra de las tantas frivolidades con que se les ha relacionado a lo largo de la historia.