Una importante influencia artística de los miembros del Taller de Gráfica Popular (TGP), fue la obra de José Guadalupe Posada. La cual llegó a través de sus fundadores Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins, Luis Arenal, Alfredo Zalce, y José Chávez Morado. Mismos que venían de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) lugar en que ya Posada era una referencia obligada.Pero hubo artistas del TGP, que todavía se vincularon aún más con el artista hidrocálido, fue el caso de Alberto Beltrán, por su labor de periodista, por la utilización de personajes comodines y en la caracterización de los tipos populares.

Definir cuándo comenzó a utilizarse el término “neorrealismo” para referirse al nuevo estilo originado en Italia resulta complicado. Desde los años veinte se utilizaba para hablar de las nuevas tendencias en literatura rusa y alemana. El crítico Umberto Babaro, lo empleó para señalar las innovaciones en la literatura soviética. En la década de los treinta Francesco Jovine, que se convertiría en una de las figuras importantes del movimiento declararía: “para sustraerse a la retórica de la pura forma los neorealistas amenazan con crear otra: la del puro contenido”.

La experiencia estética es uno de los ámbitos más importantes de la vida humana, la creación y contemplación de objetos estéticos, artísticos o no precisamente de arte, permite “vivencias” que enriquecen nuestra concepción del mundo y de nosotros mismos, esto forma parte de la naturaleza humana y de su desarrollo en todos los aspectos: intelectual, emocional, espiritual y social, por lo cual resulta necesario reflexionar sobre algunos temas que aborda la Estética que, desde nuestra perspectiva, no puede considerarse solamente como “Disciplina filosófica que estudia el arte y la belleza”.

Hay que comenzar por precisar el sentido que tenía para los antiguos griegos el concepto de areté, lo que ahora traducimos nosotros por ‘virtud’: la excelencia y perfección de las capacidades humanas. Originalmente tal concepto tenía que ver con un saber de las técnicas militares, es decir, con un saber luchar en las batallas, el cual estaba restringido solamente a los nobles. En este sentido la areté o virtud era un atributo perteneciente únicamente a la nobleza. Areté era sinónimo de valentía y fuerza, y su sentido estaba relacionado también con un deseo de honor y reconocimiento como el mejor.

El Arteterapia como disciplina que se apoya en las teorías psicológicas y el conocimiento y la práctica del arte, tiende un puente hacia la comprensión y superación de los problemas, valiéndose de la producción e interpretación de las expresiones artísticas terapéuticamente permitiendo la catarsis, la rehabilitación y el autoconocimiento. Su espectro de uso es tan amplio como diversos son los grupos sociales y sus necesidades.